Por si no lo sabías los niños al igual que los adultos padecen de miedos y preocupaciones, y de vez en cuando se sienten tristes y desesperanzados.
Como padre, tío o adulto a cargo de un menos debes aprender a identificar cuando nuestro niño esté sufriendo de miedos intensos los cuales pueden aparecer en diferentes momentos del desarrollo. Por ejemplo, los niños pequeños a menudo sienten mucha angustia al separarse de sus padres, aunque estén seguros y al cuidado de otra persona. Cuando los sentimientos de miedo y tristeza son persistentes o extremos podrían deberse a ansiedad o depresión. Debido a que los síntomas son principalmente pensamientos y sentimientos, a veces se les llama trastornos de internalización.
Según John Piacentini (PhD) y Lindsey Bergman (PhD) expertos del centro UCLA Child Anxiety Resilience Education and Supports (CARES), estas son algunas señales que usted podría identificar en su niño:
Señales físicas de ansiedad
- A menudo se queja de dolores de estómago o de cabeza, aunque no exista un motivo médico para ello.
- Se niega a merendar o almorzar en la guardería o en la escuela.
- No usa baños a menos que sea el de la casa.
- Es incansable, inquieto, hiperactivo o distraído (incluso sin tener TDAH).
- Empieza a temblar o a sudar en situaciones intimidantes.
- Constantemente tensa los músculos.
- Tiene dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
Señales emocionales de ansiedad
- Llora mucho.
- Es muy sensible.
- Se irrita o se enoja sin ningún motivo claro.
- Teme cometer errores, incluso pequeños.
- Tiene ataques de pánico (o teme tenerlos).
- Se preocupa de cosas que ocurrirán en un futuro lejano, como preocuparse por la escuela media cuando todavía está en tercer grado.
- Se preocupa o siente temor cuando lo dejan en algún lugar (guardería, escuela, casa de parientes, etc.).
- Tiene pesadillas frecuentes acerca de perder a uno de sus padres o a un ser querido.
Señales conductuales de ansiedad
- Pregunta constantemente “¿y si…?”. (“¿Y si ocurre un terremoto?”).
- Evita participar en actividades en clase, como cuando se sientan en círculo.
- Permanece en silencio o preocupado cuando se espera que trabaje con otros.
- Se niega a ir a la escuela.
- Se queda solo durante el almuerzo o el recreo.
- Evita situaciones sociales con otros niños, como fiestas de cumpleaños o actividades extracurriculares.
- Constantemente busca la aprobación de sus padres, cuidadores, maestros y amigos.
- Dice “¡no puedo hacerlo!” sin un motivo real.
- Tiene berrinches o crisis.
Es importante que sepas que cuando los niños no superan los miedos y las preocupaciones típicos de los niños pequeños, o cuando los miedos y las preocupaciones son tantos que interfieren con las actividades escolares, en la casa o en el juego, puede que se diagnostique un trastorno de ansiedad.